jueves, 12 de mayo de 2011

Nuestras rimas favoritas de Becquer( II )

Rima XLVIII
Como se arranca el hierro de una herida 
su amor de las entrañas me arranqué, 
aunque sentí al hacerlo que la vida 
me arrancaba con él.
Del altar que le alcé en el alma mía 
la voluntad su imagen arrojó, 
y la luz de la fe que en ella ardía 
ante el ara desierta se apagó.
Aún para combatir mi firme empeño 
viene a mi mente su visión tenaz... 
¡Cuándo podré dormir con ese sueño 
en que acaba el soñar!

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